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Es obligatorio que las fotos sean propiedad exclusiva del contribuyente. 
Las fotos no pueden mostrar imágenes que puedan estar sujetas a derechos de autor, logos registrados o cualquier otro arte/anuncios/esculturas/exhibiciónes...
Cualquier imagen con una persona identificable debe ir acompañada por un documento de cesión de derechos del modelo (en la web disponen de diferentes modelos de formularios). Las fotos de niños menores de edad deben ir acompañadas por un documento de cesión de derechos que esté firmado por los padres o persona de custodia legal del menor.
En imagenes de carácter erótico-artistico, el/la modelo deben aparentar por lo menos 25 años de edad y la imagen debe ir acompañada por un carnet de identidad con foto del modelo. 

Inspeccione todas sus imagenes al 100% antes de subirlas para asegurar que no estén rayadas o contengan "ruido" o suciedad. 
Debe mandar imagenes en su tamaño integro. 
Debe asignar palabras clave relacionadas directamente con la imagen, asi es como muestros clientes encontrarán sus fotos. 
Debe elegir la categoria correcta. No enmarcar sus trabajos. 
Asegúrese que sus imágenes tengan un tema y un enfoque claro.
No envíe la misma imágen en color, blanco y negro etc... una en color es suficiente.


Shutterstock paga por cada venta entre 0,25 y 28 dólares, dependiendo de la suscripción contratada por el cliente y del tipo de Licencia adquirida.
Aunque hay que decir que la mayoría de las fotos serán vendidas por suscripción standar y ganaremos 0,25 dólares por venta. 
Debe acumular un mínimo de 75 dólares para cobrar por medio de PAYPAL ó Moneybookers, ó 300 dólares para cobrar por medio de cheque. 


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(fuente: www.venderfotos.net)



MUERTE (Poeta: Becker Alejandro Simó)



“ESGRIMA”


Qué extraña la fascinación del poeta por tu ominosa estampa, muerte!
Intrincado laberinto de pasiones que en él desatas, como arranca el ardor del desierto la lujuria por agua a los beduinos, en el peregrinar que en sedas blancas los envuelve...

¿Acaso el misterio de tu manto opaco, es tentación suficiente para el curioso escriba?
¿Por qué te escribe versos el poeta, muerte?
¿Será su locura, que transforma en espejismos lo aborrecible en un macabro deleite?

En tus artes sumes al escultor de letras en un encanto silente.
Y flirtea con tus roces tratando de verte de frente.

Pero…, ¿por qué no te teme, como el resto de los mortales?..
Su apuesta es tan alta, que hasta su última gota de sangre usaría cual tinta en pos de lo excelso y trascendente.

Su ardor por desenmascararte lo anima.
Intuye en tu recortada figura, espigada y paciente, contra el horizonte de los hombres apostada -destino ineludible y ecuánime-, una aurora que le sigue al más oscuro de los minutos terrestres. 

El poeta sabe de lo eterno. Su don, sello grabado desde su primer aliento, se roza con el cáliz del conocimiento.

Quizás el juglar porte en su genética, el secreto que guardas con celo: tu naturaleza de humo y espejos.

¿Por qué no te teme, y hasta juega a buscarte?

Lo hallarás un día; te retará a un duelo.
Se cree experto en esgrima, y dará su estocada primero.

Ten cuidado muerte!
Que no te encuentre en su verbo!
Pues se empecina en rasgar tus velos, y ver el sol abriéndose paso en un mundo sin miedos.

¿Por qué huyes justo ahora, muerte? Si no he terminado este verso!
Le temes al poeta ahora, que ya despertó del ensueño...

Ahora, que a la vida se aferra, y no solloza por tu infame beso...


*******




“EN EL ÚLTIMO INSTANTE”




Buscándote, vagué por los cielos del mundo en sueños lúcidos,

y no dejé huellas…

Permanecieron intactas las doradas arenas.

Los mares de espigas, solo atendieron las brisas en oleadas iridiscentes.

Los campos de girasoles no acusaron mis vuelos rasantes: continuaron embelesados con el dador de vida.

La eternidad de la nieve se declaró sin mácula al dejarla rezagada.

Regueros de cristales en ardientes y ambarinos desiertos, como la sensualidad aterciopelada del Valle del Sol y La Luna, siguieron impávidos ante mi urgencia de hallarte…

Cimbreantes mantos de flores silvestres, imbuidos en nubes de feromonas atrapantes, se acurrucaron junto al verde hierba de tus laderas, y a la superficie de tus aguas dulces y saladas. No rasgué de ellas una humilde molécula de sus pétalos.

Ni tan solo un fotón del sol me atreví a desviar en su viaje espacial, con mis refractarias manos astrales.

Dejé todo en virginal impecabilidad…

Buscándote..., casi delirante en mi afán vuelto obsesión en espirales ascendentes.

Al extinguirse la noche, camuflaba mis alas, y me enclaustraba en un atuendo de carne.

Instilada por fractales infinitos en racimos de sangres mezcladas, mi carne era incapaz de volar. Lastre de paso cansino y humillante que arrastraba.

Ahogado, en un circo de veredas rotas…

Aire impuro…

Payasos titiriteros...

Malabaristas oscuros, y absurdos pecados capitales.

Autómata…

Presa fácil de pánicos, disfrazados a menudo de envolventes y arremolinados súcubos e íncubos ajenos.

De miradas furtivas; ominosos y babeantes.

El filo helado de uñas agazapadas en fervientes deseos de cercenar mis sacrosantos velos sutiles.

De ser heridos mis velos, perdería el poder de mis alas.

A fin de ser cauto pues, me vestía cual demonio en ocasiones, y me movía con sigilo sin ser visto…

Rogaba entonces por el crepúsculo del ocaso, y el despunte reverberante de Orión.

Aferrado a la sedosa negrura azul de la noche, mi refugio, seguía en pos de tu presencia –intangible holograma que apenas osaba imaginar–, instalada en el supremo instante que aguardaba por nosotros, para yacer al fin sobre tu piel de deseos.

Reinventaríamos el Génesis, jugando a ser dioses, rendidos en orgasmos desbocados. Salpicando, veteando y yuxtaponiendo la materia oscura con soles a punto de ser estrenados; moldeando nuevas humanidades, y un plan cósmico escrito por nuestros propios trazos acordes.

En esa tensa espera, como rayos gamma discurrió a través de mis huesos vencidos una ilusión llamada ‘tiempo’...

Un día antes de nacer a la muerte, y morir a la vida, me percaté de ello…

El espejo de mercurio alquímico me devolvió un rostro extravagante, enmarcado en el oro blanco de cabellos delgados como hilos de seda; tan desordenados como el claustro de mis pensamientos.

Quién era ese fantasma lánguido, extinguiéndose en devoción idílica detrás del cristal?...

Conté más de mil pliegues en el antifaz de sus ojos.

Y los míos, se nublaron ante la visión impactante, con las últimas lágrimas de sal que habría de paladear el anciano en mí...

Como dirigido por Zeus, un rayo de dolor punzante, fisuró las cuatro ermitas del puzle de su pecho…

Sentí su dolor como propio, y por piedad decidí no apartar la vista de su mirada.

Al tiempo que abrazaba en posición fetal el sino intransigente, sus ojos se tornaron desorbitados con una pregunta estremecedora: “he amado lo suficiente...?”

Asomado al balcón de sus humillados párpados, vislumbré la danza en imágenes, de los millares de orbes que visitara en sueños…

Allende los mares estelares, en sus pupilas vidriosas se desplegaban mundos atiborrados de alegres arándanos en lontananza…

Contemplé la infinitud de arboledas, perdiéndose en lejanos horizontes; sus ramas extendidas como brazos, hilvanaban el multiverso, anclando en la Tierra programas de luz diseñados por una suerte de arcángeles, al tiempo que ofrendaban frutos portadores de vida…

Fue precisamente en ese instante, casi petrificado por el helado manto envolvente, cuando decidí tocar con la yema de un dedo la piel del mercurio.

Su rostro fascinante, desbordado de locura, se desfiguró…

Cercenado el “Hilo de Plata”, como mariposas desentendidas del capullo de su corazón abierto, volaron por el espacio los poemas que no vertió en sus papiros, a causa de las arenas del tiempo, consumidas en la búsqueda frenética de ese Ser Supremo…

Conmovido ante tanta belleza, en el último instante, decidí morir con él…




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"A LOS BEBEDORES DE QUINTAESENCIAS"




...Y, cómo no entender a los antiguos románticos?!

Poetas locos, sí. Pero locos de vivir esclavos de sus sentimientos!

Cómo no sentir lo que sintieron?

Si he claudicado al mundo, confinando mi estampa en los muros de mi propia torre de marfil!

Cómo no imaginar sus saltos, desde el más alto de los balcones relucientes, hacia el cieno salpicado de flores de loto?

Yo mismo he trazado un camino entre el barro y la cumbre de mi estructura marfilenia.

Vulnerable...

Obsesivo...

Inclinando incansable el fiel de la balanza entre esos dos mundos.

Y, es que la realidad a veces duele y desgarra.

Otras..., escapa.

Discurre por los flancos de mi frágil humanidad, sin dejarse abrazar; abarcar; comprender, o -al menos-, besar...

Mi realidad… Enigma eterno para mi conciencia fluctuante...

Basta extender mis brazos, para tomar un trozo de nube en mi palma, hasta casi degustarla en la cumbre misma de mi atalaya.

Estructura incólume, de espaldas al tedio de los mortales.

En ocasiones, me hundo en el barro y me llevo en la crisma las huellas de Buda. Allá..., lejos..., donde nacen lotos multicolores.

El camino que tracé entre mis dos orbes, es una finísima hoja, afilada cual daga, y cautivante en su empuñadura.

Las plantas de mis pies sucumben al transitarla.

Es entonces..., cuando la piel se rinde, que hacen lo suyo los huesos...

Brotan ríos de sangre a mis pasos.

Pero llego!...

No es tarea fácil mantener ese equilibrio.

No es para cobardes seguir la delgada línea del cambio.

La pisada no es firme cuando se corta la carne, toda vez que emprendo el camino de idas y vueltas entre mis dos estados.

Cómo no comprender a los antiguos románticos!?...

Si casi puedo verlos!

Arrojándose al vacío desde el más amplio de los salones espejados.

Quebrando los cristales con el rostro, por haberse vuelto ciegos de amor, y maldecir lo mundano.

Cómo no hacerlo...!

Si estoy cayendo ahora; y a un brevísimo instante del suelo, con el plexo atiborrado de mariposas a punto de ser liberadas, sigue mi pluma destrozando el marfil de mis hojas amadas!

Vulnerable...

Obsesivo...

Incansable...



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"LEVÁNTATE, Y ANDA"

Discurre la dama de la noche, como espectro lánguido de andar cansino.
Trae consigo sus cuentas de ámbar con la impronta de azahares frescos en el camino.
Y de tanto en tanto, como un capricho perenne, me acerca su aroma a los peldaños que conducen al umbral de olvido.
Exorciza como mil plegarias mis temores ubicuos y por fin…, respiro!
Lejos, en el mundanal caos de locos, enclaustrados en su cárcel de vidrios, quedaron impresas las huellas de mi sangre que pisoteó irreverente el enemigo.

Al otro lado de la página que he vuelto bravío, se aplastan demonios inertes entre las tapas del libro.
Discurren mis letras como una nívea cola de novia, desde el ábside hasta las espigadas y relucientes puertas del vestíbulo.
Retorno a los sentidos, aprehendiendo con mil brazos etéreos, la tibieza de la vida que abandonara cual oxidado navío.

Discurren como fantasmas; como entes sin cuerpo, los errores que dieron al amor mi olvido.
Se diluyen..., como se tiñe de azul una carta de amor al recibir una lágrima del poeta herido; o al romperse el cristal de su copa, por el alcohol derramado se desdibujan grafismos…

De rojo purpúreo vivo, por mi propio puño enfurecido se mancharon las sábanas, en el primer dormitorio del averno alienado de mi hastío.
Más hoy…, hoy se tornan pulsantes las arterias de un corazón, que a punto se vio de olvidar su ritmo.

Se bifurcan mil caminos, donde antes sólo divisaba la ominosa negrura del vacío.
Retorno…, como regresa tras hibernar la longeva mariposa monarca del norte, abandonando al oyamel y al pino.
Como el sol que desiste a las callejuelas de Gotemba, para aluzar de nuevo mis pasos sobre el “río de los pájaros”, y calentar mi nido.

Dejo atrás la muerte…
La peor de las muertes: la que tenía decidida…

Me aferro a la vida con toda la fuerza de mi poesía.
Y agradezco al demonio que imprimió dentelladas en mi frente. 
Hoy soy el amo de mi sino y suerte.
La cicatriz del inicuo ha cerrado al fin, dejando una cruz estampada por siempre.

Retorno…, de entre los escritores románticos suicidas…
Emprendo el regreso sin ser el mismo.
De espíritu gigante, retorno siendo fiel a mi poesía; otrora herido, más hoy, por acción del Altísimo de mi propio Cielo, de entre los románticos…, el más fuerte, con majestuosas alas desplegadas al viento.





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“ILUSORIA CENTINELA”


No soporto tu hedor, oh, aborrecible muerte maldita!

Surcas sigilosa, mientras miras de reojo los parajes de mis caminos sinuosos.

Atenta…
Insolente…
Magistral estratega, rondando los cuerpos dolientes.

No toleran mi consciencia y sus velos ondulantes, los designios que lenta y silenciosamente, tus manos blancas anudan y tejen con puntos extravagantes.

Dedos infinitos, de un pálido blanco hueso; de retazos de carne necrosada e infértil, como el más aborrecible de los besos; como un disfónico e infame dueto.

No me esperes prontamente: he renovado con la vida mi contrato.
Tu nombre es impreso en la última cláusula del salvoconducto.
No...
No me esperes prontamente!
Lee la letra pequeña, bribona descarnada!
Allí ha escrito el Padre Azul, con tinta indeleble, que eres un mero umbral a dimensiones diferentes.

Y te crees lista, cuando en la Creación no ha sido destinado recoveco alguno para tu osamenta.

Desengáñate Novia Fiel, Segadora: eres tan temible y pasajera, como la ominosa tormenta.

Tan solo existes, en el mundo de las formas del pensamiento, del cegado hombre y sus lazos, que se vuelve un bendecido día fiel anacoreta -guardián del Conocimiento-, y al final de sus pasos, ante tu espigada figura siniestra, a la Realidad Absoluta despierta!





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“EL CENTENARIO EXTRAVAGANTE ”




En un décimo piso, en el apartamento 1009 del “Golf Tower”, el centenario poeta ermitaño, a quien no se le había visto abandonar su morada por años, lejos estaba de imaginar que escribía en esos instantes su último poema.
En su prolífica imaginación, creía estar dentro de lo que llamaba su “torre de marfil”. Ya no comprendía que aquello era simplemente un edificio junto a la rambla de Montevideo.

A pocos metros, se alzaba el Castillo Pittamiglio en la Punta Trouville, donde, según contaba la leyenda -que el viejo escritor creía cierta-, había estado el mismísimo Santo Grial de Cristo, antes de cruzar el Río de la Plata hacia las “tierras argentadas” del artista Parravicini.

Mientras se acercaba la muerte, las temblorosas y anudadas manos del extravagante pintor de letras, garabateaban la que sería la última página de su carrera osada con el mundo de los eidos, de los sentimientos, y vivencias humanas.

Con casi cien años, su espíritu, seguía siendo un niño, jugando siempre a sorber hasta la última gota del néctar de las flores de sus experiencias, como un picaflor de corazón acelerado.
Lejos… Muy lejos estaba de intuir, que las cuatro ermitas de su pecho, estaban por detenerse a causa de un rayo de Zeus, que ya venía abriéndose paso por la atmósfera, desde la cumbre del “Uritorco”. En su demencia senil, confundía nombres de cerros, montañas y montes.
Y el genio que instilaba su arte, a través de él así escribía:

“Como espíritus de estampas acuareladas, sobrevuelan colibríes junto al ventanal interior. Juré por un instante que dibujaban mensajes en sus vuelos aleatorios entre coloridos hibiscos, aromáticos jazmines, y las fresias en tornasol.

Cual dagas portentosas, reflejando en el verde metalizado de su plumaje el sol radiante, presurosos indagan el jardín de las galaxias que guardo en el alma.

“Has encontrado el secreto de la alquimia, peregrino de zigzagueantes senderos.”

La dulce voz proferida por un ser invisible reverberó por mis sentidos; mezcla de música y ambarinos versos.
Y llevaba razón!
El verdadero alquimista lo da todo, sin miramientos. Ofrece a raudales sus posesiones, a cambio de una nada absoluta que se diluye en el viento.
Su gran debe y flaqueza es aprender a recibir aquello que desea ofrendarle el Padre Azul del Tiempo…
No se acostumbra: le incomodan las dádivas.
Su pasión en las últimas décadas, tras haber despertado de un largo letargo, era darlo todo, como dan las dunas eternas sus arenas a los Cielos del desierto…

Y así se pasa la vida transitando vegas, y a la vera del olvido.
Puesto que no desea atraer para sí atención, lauros, ni ramas de olivo. Tan solo frente a una hoguera permitirse de vez en cuando, apurar una copa de buen vino.
Con el cristal del espejo mirando de soslayo, desdibujado por las flamas el contorno de su estampa, se inventa juegos mientras los años lo aferran al cayado.

Cabellos plateados prontamente coronan sus sienes, mientras prosigue la retahíla de sus versos, plasmando sentires y deseos.

Los silencios, como el manso mar que se filtra por la membrana de cristal, se vuelven el verdadero oro que calma su turbulenta visión del mundo lejano de allá abajo.

Sí. Como espectros acuarelados, las aves danzan en derredor.
En este mismo instante las veo!
Desprenden luces con sus ágiles aleteos.
Se amalgama la luz de sus alas ahora..., materializando frente a mi vista cansada, una hermosa joven llamada Olga.

‘Ya es tiempo’, creo escuchar que me habla y nombra.
Y mil caballos bravíos de pronto galopan en el centro de mi pecho y por mi brazo izquierdo.

Siempre tuve miedo, que la muerte me encontrara escribiendo versos.
Mas el temor que siento no es por la muerte -vieja bribona conocida desde milenios-.
Temo dejar inconcluso algún poema. No me gustaría volar de mi torre hacia el Cielo, sin haber culminado un texto!

‘Ya es hora…’ -su voz reverbera de nuevo-.
Sus dóciles manos de terciopelo son tibias.
Se extienden hacia mi osamenta para arrancarme de mis huesos.

Un último esfuerzo!
Mientras pueda mover mis manos mi pluma dibujará signos en la blancura de mi cuaderno.

Blanca…”

Comenzaba ya a delirar el viejo.

“Aquella primera página era tan blanca!...
Hasta que despertó el poeta en mi exiguo y oxidado cuerpo.
Espigado…, y tan alto como era…

He perdido la cuenta de las hojas; de los libros…, los cientos de poemas…

Le prometí a mi musa nunca dejar inconcluso un verso!

Dádme un minuto más!

‘Mírame. Toma mis manos… Ya es hora!’

El mar…, cruza mi ventana y me regala de las últimas olas sus siseos...
Ahora sé por qué el río es de plata. El Sol se baña en la piel de sus aguas, y a esta hora del día, es el gran alquimista que vuelve el vital líquido en argento.

Ahora, tras las horas dormidas, conozco el delicado secreto de la vida…
Ahora que ya es tarde, y mi tiempo claudica, podría decirle al mundo que amen hasta la última gota de amargura y almíbar…
Ahora, la pluma se desliza de mis manos ya rígidas…
Pero no me detendré…
No dejaré un solo trozo de poesía mientras inhale aire y trague saliva.

Dejo aquí y ahora mi último regalo a la muchedumbre por el sistema oprimida…
El tan ansiado secreto de la vida; aquél que llenará el espacio vacío que sentimos cada día, consiste sencillamente en…”

Y, al ver que Olga tomaba su mano, y solo le quedaba tiempo para escribir unas pocas letras más, quiso estampar su firma, como había hecho siempre.
Pero logró apenas plasmar sus cuatro postrera letras.


Escribió:

“Beck…”





Muchas gracias por compartir tu arte con este humilde blog


Saludos mi amigo Alejandro!!!!




La Aerosolgrafía - Arte en Spray



La aerosolgrafía es un método de arte en el cual, al igual que el grafitti, se usa pintura en aerosol, por lo general se pintan paisajes. 
En el mismo pueden utilizarse una serie de técnicas así también como cualquier elemento para confeccionar un dibujo, desde hojas de guía de teléfono hasta tapas de diversas formas y tamaños; espátulas, cartones, etc.





"En realidad estos son verdaderos artistas anónimos, llamados y reconocidos como maestros de la aerografía (trabajo en aerosol), ya que con su destreza, habilidad y talento, plasman su arte impresionando a quienes los observan.


Por lo general lo que estos artistas pintan son paisajes naturales, mar, amanecer y motivos de ficción con composiciones del firmamento, cometas, astros, enamorados, atardeceres, entre otros, dando así a sus obras un aspecto en el cual sintamos que al mirarlas nos perdemos en un mundo mágico, desolado y maravilloso.


Esta técnica artística requiere de mucha practica, destreza y cuidado, ya que no es muy saludable por los gases tóxicos (pintura tóxica), no es recomendable para los niños si no esta asesorado por una persona mayor de edad.


La técnica tiene una ventaja y es que si en algún momento el artista se equivoca puede tapar este error con otra capa y no a pasado nada, pero también existen desventajas no tanto desde el punto de vista del arte (producto final) sino por una parte los observadores, ya que puede que queden maravillados y asombrados con los trabajos de esos artistas pero al momento de pagar no están dispuestos a dar lo que en realidad puede llegar a costar, así que este arte callejero puede ser mal remunerado.


Por otra parte esta el estado ya que en muchos países existe cierto rechazo e indiferencia por este tipo de arte callejero y por esto obstaculiza y no dan cabida para aquellos artistas que montan su taller momentáneo y realizan sus obras.


Como este mercado artístico no es buen negocio ya que no es buen remunerado y es rechazado por algunos estados, los que lo practican han encontrado una forma mas interesante de conseguir vender sus obras. Entre los curiosos que ven como es elaborado su trabajo y están interesados en conseguirlo, lo que hacen es una rifa con valor no máximo de 5000 mil pesos la boleta..."

(Fuente: romperesquemaspodereimagen.blogspot.com)







EJEMPLOS